jueves, 25 de febrero de 2010

EL JARDINERO

Reflexiones para la vida con Patricia Hashuel.

Necesitaba un Jardinero para mi casa de fin de semana. Llamé a una agencia y me sorprendí cuando me mandaron un muchacho de quince años. Le expliqué lo que necesitaba de él y lo dejé trabajando. Al finalizar la jornada me sorprendió la calidad de su trabajo. Al retirarse me pidió en forma muy educada usar el teléfono. Accedí, pero mi curiosidad hizo que escuchara lo que él decía.

¿Necesita un jardinero, señora?
-Pero además de podar, también tiro la basura.
-Limpio y lubrico todas las herramientas después del servicio, dijo el muchacho.
-Programo el mantenimiento lo más rápido posible.
-Mi precio es de los mejores.
Bueno , está bien, otra vez será.
Cuando el muchacho colgó, le pregunté ¿no conseguiste ese trabajo? Y el me contestó:

No, yo soy el Jardinero de esa señora.
Solamente estaba chequeando que ella esté satisfecha con mis servicios.

¿Acaso siempre chequeamos nuestros servicios?
¿Es que nos damos cuenta que sea cual fuere nuestra actividad le tenemos que poner un poco de Marketing Personal?
¿Qué entendemos por esto?

Y aquí quiero hacer una diferencia entre lo que comúnmente se entiende por esta disciplina y lo que yo comprendo por ella.

Desde mi punto de vista tiene que ver con como me ofrezco y como me vendo a mi mismo (a). Y aquí entramos en un territorio peligroso ya que muchos profesionales creen que si le ponen marketing Personal a su profesión esto les quita seriedad.

“El secreto de mi éxito, está en pagar como si fuera pródigo. y venderme como si estuviera en quiebra”.

Henry Ford